martes, 31 de mayo de 2011

UN VIAJE A CIMA DEL TRUENO

Kaba regresaba de una de sus rondas cuando oyó de manera casual a dos tauren hablar. Eran Varg Widswishper y Tak, el cuidador de los dracoleones. Varg quería envíar un fardo de pellejos a Cima del Trueno, su aprendiz estaba enfermo y quería que llegaran esa misma mañana. Tak le decía que no podía hacerlo él mismo, pues era necesario en su puesto y Varg no quería dejar el negocio desatendido.

Kaba se ofreció voluntario para el recado, un viaje a Cima del Trueno. Aprovecharía para hacer una visita, aunque fuera breve, a sus padres.
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Una vez allí tendría que preguntar por Ahanu y hacerle la entrega. Pidió permiso a Ahmo Thunderhorn, el cual gustoso se lo concedió, permitiéndole además quedarse allí todo el día para volver por la mañana del día siguiente.

Kaba cogió un dracoleón. Era la primera vez que montaba en una de esas criaturas voladoras, y se notaba, ya nada más brincar a los lomos de la bestia estuvo a punto de caerse, lo cual provocó las profundas risas de Tak. "No queremos que te nos mates en el camino, eh, y mucho menos antes de salir volando".

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Cuando el animal salió volando los movimientos bruscos del animal en tierra se transformaron en un suave balanceo en el aire. Llegó relativamente rápido a Cima del Trueno. Era enorme. A pesar de haber nacido allí, se sentía como un extranjero. Y lo cierto es que una vez en lo alto del enorme totem que sirve como nexo de unión de las diferentes mesas no tuvo apenas tiempo de curiosear.

Lo primero era lo primero, hacer la entrega. Tal, el maestro de dracoleones de Cima del Trueno le indicó el camino para llegar a Ahanu. Tal y Tak. ¿Serían hermanos? Efectivamente. Y gemelos. Un caso rarísimo entre los tauren por no decir casi único.

Una vez le llevó los materiales a Ahanu, se pusieron a charlar. En Cima del Trueno los Mistrunner eran conocidos como los mejores mercaderes de alimentos y el pan de especias de Mulgore que hace Aska es conocido fuera incluso de los dominios tauren. Ahanu le propuso a Kaba que pasara a la mañana siguiente y así con ese fardo de pieles ya tendría los materiales manufacturados para Varg y se ahorrarían un viaje. Kaba aceptó sin dudarlo. Ahanu le indicó donde se encontraban sus padres. Ya era más de mediodía y Kaba tenía un hambre atroz.

Subió un nivel y enseguida encontró la tienda de sus padres. Naal y Aska Mistrunner. A pesar de los años ambos reconocieron a su hijo y se alegraron mucho de verle. Ciertamente la madre fue más efusiva. Es lo que tienen las madres, sean de la raza que sean. Y Naal mucho más grave abrazó a su hijo de una manera firme pero muy afectuosa. Llamaron a Pawe, Kah, su tío, y a su prima Sewa que estaban en la pescadería, al lado del comercio de Aska y Naal. También se alegraron de verle, como es natural. Y planificaron una reunión Mistrunner para la noche en la que estarían todos los Mistrunner. La abuela como siempre diciendo que estaba muy delgado y preguntando por Gart. Tenía ganas de volver al Campamento Narache ahora que el peligro había desaparecido.



Para tristeza de Kaba su hermana mayor Mera no estaba. Según le contó su padre se había alistado como cocinera con la Cruzada Argenta para partir a Rasganorte. Quizás algún día sus caminos se cruzarían, pero Kaba habiendo oído algunas historias acerca de esas heladas tierras no pudo remediar el preocuparse.

A Kaba le hubiera gustado pasear y ver Cima del Trueno, pero ya que la familia se estaba afanando en trabajar el tenía que colaborar. Su madre le enseñó a hacer la receta más preciada de su cocina. El pan de especias de Mulgore. http://es.wowhead.com/quest=29363. y después de comer ligeramente se pusieron manos a la obra.

Cuando empezó a caer la noche los Mistrunner comenzaron a llegar. Kah y su esposa Nan con su hija Sewa. Sus tías Shadi, Kaga y Fyr. La abuela Pawe, naturalmente, y sus padres. Durante toda la noche estuvieron poniéndose al día. Kaba les contó la situación ya tranquila en el Poblado Narache, lo cual alegró mucho a Pawe, aunque su alegría se vio oscurecida por la muerte de su amiga, la madre del jefe. No les contó como tuvo que matar a un congénere, pues no quería hacer de la cena algo desagradable, pero eran tiempos difíciles y la rebelión de los Grimtotem era el tema de conversación más candente.

Su padre, le contó como por un malentendido el Gran Jefe Cairne Bloodhoof se había visto obligado a retar al nuevo jefe de guerra Garrosh y como Magatha Grimtotem envenenó las armas de éste último para que con un leve corte matase a Cairne, tal y como sucedió. Una vez desenmascarada la confabulación los Grimtotem trataron de hacerse con el poder en Cima del Trueno, pero Bairne ayudado por Garrosh lo había evitado. Muchos tauren murieron en esa guerra civil... y aún combatían hermanos contra hermanos en diversas partes de Azeroth. Contaron historias. El tío Kah se quejaba de los goblins, Kaga de la escasez de kodos y Fyr permanecía en silencio mientras sonreía, no era muy habladora.

Al día siguiente Kaba se despidió de todos sus familiares. Sabía que volvería tarde o temprano, pues tendría que presentar sus respetos a Bairne para que le aceptase a su servicio, pero antes tenía que hacer muchas tareas. Pasó antes de marchar por la tienda de Ahanu que le dio los pertrechos para Varg.
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Cogió un dracoleón. Miraba hacia atrás. Echaría mucho de menos a los suyos, pero pronto volvería.
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